
Un cumpleaños mágico con la capa Wadfold HISTORIA
Este año el cumple de Leo fue diferente. Tenía 6 años y, aunque había globos, juegos y tarta, lo que lo hizo realmente especial fue su capa Wadfold.
El ritual
Cuando llegó el momento de soplar las velas, le puse la capa sobre los hombros y todos guardamos silencio. Leo sonrió de oreja a oreja, se notaba que se sentía único.
Le fuimos contando su historia: cómo fue su llegada, lo que había aprendido ese año, las anécdotas más divertidas… Él escuchaba feliz, orgulloso de cada palabra.
Después, sus amigos y familiares se acercaron uno a uno para darle un abrazo y un deseo. Fue un momento precioso, de esos que se te quedan grabados.
Los parches que cuentan su vida
Y lo mejor vino después: le cosimos un nuevo parche en su capa. Este año eligió un balón de fútbol porque empezó a jugar en el cole. Al ver la capa, repasamos los parches de años anteriores: el osito de cuando dormía con su peluche favorito, la estrellita de cuando aprendió a leer, el cochecito del año que no se separaba de sus coches de juguete…
Cada parche es un recuerdo, y cada cumpleaños no solo es una celebración, es también una oportunidad para revivir juntos la historia que ya lleva cosida en su capa.
Y así, la capa Wadfold se convierte en un ritual que no solo celebra un día, sino toda una vida en construcción, año tras año.